Escoliosis de comienzo precoz

La escoliosis idiopática es una deformidad de la columna vertebral en la que se producen tres anomalías: la columna deja de ser recta en el plano frontal, es decir, vista de frente; cambia su normal alineamiento vista de perfil y se produce una rotación vertebral que deforma el tronco apareciendo una giba lumbar o torácica.

Si no tenemos las tres alteraciones no hablamos de una escoliosis verdadera.

Hechos que debemos considerar en la escoliosis de comienzo precoz:

  • Aparece en los primeros años de la vida.
  • Son a priori, más graves por su mayor potencial de deformidad con el desarrollo.
  • El tratamiento es muy diferente al que ser realiza en otras escoliosis dado que existe mucho potencial de crecimiento y de desarrollo, sobre todo de la caja torácica y debemos buscar el equilibrio entre contención de la deformidad y efecto adverso del tratamiento.

FAQs

¿Cómo se diagnostica la escoliosis?

Lo primero y fundamental es la historia clínica y la exploración del paciente. Imprescindible.

Tras la exploración física para constatar la localización, el tipo y las alteraciones estéticas sobre el tronco, se debe realizar una radiografía de columna completa con el paciente de pie, tanto visto de frente como de perfil.

El médico evaluará las curvas así como su magnitud utilizando el método de Cobb y el ángulo de Metha.

Ante la existencia de determinados signos y síntomas o ante patrones atípicos de deformidad será necesario solicitar una resonancia magnética o TAC.

¿Cómo se trata la escoliosis?

El tratamiento puede ser básicamente de tres tipos: observación, uso de corsés que pueden ser de plástico o de escayola dependiendo del tipo de control que se precise y tratamiento quirúrgico.

La indicación de uno u otro tipo de tratamiento depende de la valoración conjunta e individualizada de los siguientes factores: localización de la curva, grado de deformidad, nivel de madurez del paciente, alteración sobre el equilibrio y la estética y presencia o ausencia de progresión de la deformidad.

En base a todos estos parámetros se decide cual es el método ideal.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento de elección para cada paciente es individualizado en función del grado de deformidad, del nivel de madurez, de la flexibilidad de la curva y de la implicación y tolerancia estética. En base un estudio detallado de todas estas variables se decide el tipo de tratamiento.

A grandes rasgos, existen tres grandes campos de tratamiento:

Observación: En los casos en los que hay que hacer observación esta se lleva a cabo aproximadamente cada 6 meses clínicamente o asociada a radiografías.

El tratamiento con corsé puede ser de dos tipos:

  • Corsés de escayola con objetivo corrector. Se suele colocar baja anestesia en tracción del niño y pretendiendo inmovilizar y modular la columna en un escenario de corrección
  • Corsés ortésicos de plástico o plástico/metal: tiene como objetivo modular el crecimiento de la columna controlando la deformidad. No es corrector. El objetivo es que no progrese la curva para no llegar a niveles en los que se tenga que pensar en cirugía.

La cirugía en el tratamiento de la escoliosis de comienzo precoz, en los niños muy pequeños, en los que el potencial de deformidad es muy alto y el grado de inmadurez se basa en técnicas diferentes a los que hacemos en los niños mayores. En estos niños se utilizan las barras de crecimiento que permiten “acompañar” al desarrollo controlando la curva para evitar los efectos perjudiciales de una cirugía convencional en niños en los que, la caja torácica, aún se está desarrollando.

¿Qué consigue el tratamiento?

El uso del corsé pretende evitar la progresión de la deformidad y su objetivo principal no es la corrección o disminución de la curva.

La cirugía, cuando está indicada, realinea el tronco, corrige la deformidad controlando la deformidad y acompañando el desarrollo vertebral en un terreno de control de la deformidad.

Cuando utilizamos barras de crecimiento re realiza una primera cirugía de implantación en la que no se fusiona la columna (es decir, corregimos pero dejamos crecer) y, con el seguimiento periódico de la deformidad, se evalúa cuando hemos perdido nuestra corrección inicial de manera significativa y, en este momento, indicamos una nueva cirugía, de un solo día de ingreso y de mínima agresión, en la que elongamos el sistema consiguiendo una nueva corrección de la deformidad dejando crecer a la columna con control de la deformidad.

Esto suele ocurrir entre 6 m y un año y se realiza tantas veces como precisemos.

¿Qué tipo de anestesia se utiliza?

Generalmente anestesia general.

¿Qué medidas de seguridad adicional utilizamos?

Todos nuestros pacientes son operados siempre por el mismo equipo quirúrgico lo que da una gran fiabilidad al proceso.

Siempre operamos a nuestros pacientes con control medular que lleva a cabo el servicio de Neurofisiología clínica del Hospital. Esta ayuda no hace desaparecer totalmente el riesgo neurológico, pero si disminuye notablemente la frecuencia de esta complicación y minimiza notablemente el riesgo de lesión permanente.

Todas nuestras cirugías se realizan con recuperador hemático que permite disminuir la cantidad de sangre externa que se precisa para suplir las pérdidas. Una parte de las pérdidas es recuperada y reinfundida al paciente.

¿Es siempre necesario el uso de implantes?

Para poder corregir la deformidad liberar la columna vértebra a vértebra en toda la zona deformada para poder desplazarlas a su lugar correcto y así corregir la curva.

El uso de implantes es imprescindible para mantener corregida la columna y permitir que se consiga un bloque óseo que evite la reaparición de la deformidad.

¿Los implantes son compatibles, se rechazan?

Todos los implantes son biocompatibles. Suelen ser Titanio o una aleación de cromo-cobalto. Los implantes, como todo elemento mecánico, pueden tener complicaciones como aflojamiento o rotura por sobrecara mecánica o se pueden infectar, pero no se rechazan.

En ocasiones, los implantes, sometidos a muy altas cargas, se pueden aflojar y/o romper y exigen su recambio quirúrgico o su modificación de niveles.

¿Cómo se finaliza el proceso?

Algunos niños, acompañados durante su desarrollo por el procedimiento, llegan a la madurez con una muy buena corrección y con implantes estables y no precisan cirugía final.

En otras ocasiones la deformidad residual o los problemas acompañantes con los implantes obligan a hacer una cirugía final de reconstrucción.

¿Después de operarme puedo hacer una vida normal?

Salvo deportes de contacto que, en un principio no se recomienda mientras dura el procedimiento, si se puede hacer vida normal. Los niños pueden acudir al colegio con mínimas restricciones en términos generales.

¿Cómo es la recuperación?

El paciente comienza a sentarse y caminar en las siguientes 24-48 horas de la cirugía. Al principio la cirugía es dolorosa, pero utilizamos múltiples medidas farmacológicas para disminuir el dolor.

Permanece en el hospital unos en el entorno a los 5-7 días y recomendamos caminar y aumentar la actividad progresivamente.

Después de la cirugía generalmente no se utilizan corsés ni otros medios de sujeción externos generalmente, pero cabe la posibilidad en función del tipo de deformidad o de la calidad del hueso. Pueden retornar a una actividad deportiva suave a los 4-6 meses de la cirugía pudiendo realizar deportes de contacto al año de la cirugía.

Realizamos un seguimiento programado a las 2-3 semanas para control de la herida y luego cada seis meses como término general.