Discopatía degenerativa lumbar

¿Qué es la Discopatía Degenerativa Lumbar y cómo afecta tu columna?

La discopatía degenerativa lumbar es una afección que se produce por el desgaste progresivo del disco intervertebral, una estructura viscoelástica situada entre las vértebras de la columna lumbar. Este disco actúa como amortiguador y facilita el movimiento vertebral. Con el tiempo, la pérdida de hidratación del disco reduce sus propiedades viscoelásticas, lo que favorece su desgaste y afecta a las articulaciones interapofisarias posteriores, responsables también de la movilidad y estabilidad vertebral.

Síntomas de la Discopatía Degenerativa Lumbar

El principal síntoma de la discopatía degenerativa lumbar es el dolor lumbar mecánico, que puede irradiarse hacia los glúteos y la parte alta de los muslos. En casos más graves, el desgaste del disco puede provocar una estenosis del canal lumbar, lo que genera compresión nerviosa. Este problema suele asociarse a un dolor radicular, como la ciática, que se extiende por las piernas.

Tratamientos para la Discopatía Degenerativa Lumbar

El tratamiento de la discopatía degenerativa lumbar depende del grado de afectación y de la calidad de vida del paciente. Las opciones incluyen tanto un enfoque conservador, como terapias físicas y medicamentos, como la cirugía en casos más avanzados. La elección del tratamiento se basa en los resultados de pruebas de imagen y la evaluación clínica personalizada.

FAQs

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento conservador se basa en el control del peso y la potenciación de lo que se dado en llamar “la faja lumbar” es decir en acudir al gimnasio y realizar ejercicios controlado de potenciación del core: abdominales, lumbares y glúteos asociados a ejercicios de respiración. Puede ser útil el pilates, yoga o taichi. Todo ello realizado con buena técnica.

En ocasiones puede ser de utilidad realizar procedimientos de baja agresividad como el bloqueo facetario o la radiofrecuencia para ayudar a controlar el dolor. También puede ser útil el uso de analgésicos y antiinflamatorios.

Cuando el nivel de afectación es importante e interfiere con la vida cotidiana de manera notable y/o causa compresión nerviosa, está indicado el tratamiento quirúrgico basado en liberar los nervios apretados y controlar el defecto mecánico o inestabilidad del segmento o segmentos afectados.

Técnicas

La cirugía, cuando está indicada, se basa en la descompresión  selectiva de las estructuras comprimidas generalmente asociada artrodesis o fusión vertebral.

¿Qué consigue la descompresión?

Dar libertad a los nervios comprimidos y permitir que recuperen su función que está alterada. El paciente aumenta notablemente su capacidad para estar de pié y para caminar sin tener que pararse desapareciendo la sintomatología de las piernas.

La descompresión consiste en retirar todos aquellos elementos que disminuyen el tamaño del canal y comprometen las estructuras nerviosas.

¿Qué tipo de anestesia se utiliza?

Generalmente, anestesia general.

¿Es siempre necesario el uso de implantes?

Si asumimos que en la discopatía degenerativa se produce una pérdida de función del disco y de las articulares posteriores que, al fin, van a producir una inestabilidad en el segmento o segmentos afectos y que lo que se pretende es devolver una estabilidad perdida, es fácil de entender que esto precisa implantes que neutralicen las cargas anómalas y permitan la fusión definitiva del segmento o segmentos afectados.

¿Los implantes son compatibles? ¿Se rechazan?

Todos los implantes son compatibles. Están fabricados en titanio o en aleaciones de cromo-cobalto. Los implantes no se rechazan, se pueden infectar, pueden aflojarse o pueden, por fatiga, romperse como todo elemento mecánico.

¿Qué objetivo tienen los implantes?

Restaurar la inestabilidad propia de la discopatía degenerativa y aportar la estabilidad mecánica necesaria para que el injerto añadido prenda y fusionen los segmentos intervenidos.

¿Hay que retirar los implantes?

En un principio no es necesario en absoluto salvo que existan complicaciones con los mismos.

¿Qué protocolo de recuperación seguimos?

El protocolo estándar (modificable según el paciente, la calidad del hueso y los hallazgos intraoperatorios) es de paso por UCI la primera noche, sentarse y retirar sonda vesical al día siguiente comenzando a caminar por la habitación. En  los días siguientes incrementar la actividad y paseos siendo alta hospitalaria en el entorno de 4-5 días desde la cirugía. Recomendamos caminar mucho, no doblarse ni coger pesos. Recomendamos usar una faja lumbar blanda los primeros 45-60d. Revisamos al paciente entre la segunda y tercera semana para ver la herida y, si procede retirar puntos, revisamos con radiografía de control a los dos meses, seis meses, año y cada año desde la cirugía.

¿Después de operarme puedo hacer una vida normal?

Sí. Acorde a la edad y al estado físico previo del paciente. Evitar sobrecargas lumbares. Recomendamos hacer vida deportiva en gimnasio para fortalecer el core como cuidado de los discos no afectados.

¿Qué debo saber del síndrome del disco adyacente?

Básicamente que existe, pero con una frecuencia muchísimo menor de lo que se nos cuenta en determinados foros.

Indudablemente, la fusión, y por tanto anulación mecánica de uno o más discos, supone un cambio en la mecánica de los discos adyacentes. Algo parecido a lo que ocurre cuando en un trabajo uno de los trabajadores no acude, hay que suplirlo y esto implica un cambio de manera de trabajar, pero esto no quiere decir que, inevitablemente, el trabajador que esté al lado del que no viene esté abocado sí o sí a un deterioro seguro y a corto plazo.

La realidad es que, en los pacientes con más edad, con patología degenerativa en los discos adyacentes y en los que la cirugía altera el perfil de la zona lumbar, la incidencia de síndrome del disco adyacente es mayor que en los adultos jóvenes o en edad media de la vida.

La cirugía del disco adyacente, en mi experiencia, no supone más de un 5% globalmente y, prácticamente toda aparece en adultos mayores con patología previa siendo muy poco frecuente en adultos jóvenes o en edad media.

Desde hace algún tiempo se propuso la prótesis discal como un procedimiento para evitar este síndrome, pero la prótesis discal implica abordar el problema desde delante con una gran dificultad para solucionar problemas intracanal y la patología degenerativa de las articulares, separando los grandes vasos, corriendo el riesgo de una eyaculación retrógrada en varones y dando una movilidad no natural al disco que no está claro que no se pierda en el transcurso de unos pocos años. Desde mi punto de vista, la prótesis de disco cervical, en mi dilatada experiencia, no debería ser contemplada como el procedimiento estándar en la discopatía degenerativa lumbar.