Fractura vertebral de alta energía

Fractura Vertebral: Causas, Síntomas y Tratamiento

Una fractura vertebral suelen ser consecuencia de accidentes de tráfico, caídas desde altura o accidentes deportivos. Estas lesiones pueden comprometer de manera violenta la estabilidad vertebral, afectando el alineamiento normal de la columna, la relación entre las vértebras, los ligamentos intervertebrales, e incluso la función de los nervios espinales, como la médula o las raíces nerviosas.

Tipos de Fractura Vertebral

  • Fracturas sin compromiso de estabilidad: A pesar de ser traumáticas, estas fracturas no alteran la estabilidad vertebral y, por lo tanto, no requieren tratamiento quirúrgico.
  • Fracturas con compromiso moderado de estabilidad: En estos casos, la estabilidad se ve comprometida, pero puede controlarse con cirugía percutánea, una técnica mínimamente invasiva que permite una recuperación más rápida.
  • Fracturas graves con alta inestabilidad: Cuando la estabilidad está severamente comprometida, se requiere una cirugía abierta, que puede ser estabilizadora o descompresiva, según el daño a los nervios o a la médula espinal.

Evaluación de la Estabilidad Vertebral

Existen diferentes clasificaciones y escalas que permiten evaluar la estabilidad vertebral tras un trauma. Estas herramientas ayudan a los especialistas a determinar el tipo de tratamiento quirúrgico más adecuado para cada paciente de manera personalizada.

Otros tipos de Fractura Vertebral

Existen otros tipos de fractura vertebral originados por osteoporosis, enfermedad metabólica del hueso que aumenta su fragilidad.

Ello da lugar a un hueso menos denso que es capaz de absorber peor las cargas que llegan a él dando lugar a fracturas ante traumatismos de muy baja energía o, incluso, sin traumatismo.

Fracturas de Alta Energía - Preoperatorio
Fracturas de Alta Energía - Postoperatorio

FAQs

¿Qué tipo de tratamiento se realiza?

Conservador si la lesión no muestra criterios de estabilidad.

Cirugía perctuánea cuando precisa una mayor estabiliad que la que proporciona un corse pero no precisa actuación directa descompresiva ni existen lesiones ligamentosas.

Cirugía abierta con el objetivo de devolver la estabilidad vertebral consiguiendo una fusión de los segmentos afectados. Este tipo de cirugía puede o no asociarse a maniobras descompresivas en función del estado medular y/o radicular.

¿En qué consiste el tratamiento?

Aportar estabilidad al segmento lesionado por cualquiera de los tres métodos previos en función del tipo de lesión ósea y ligamentosa y de si se acompaña o no de alteraciones compresivas nerviosas.

¿Qué consigue el tratamiento?

El tratamiento persigue la curación de la lesión por si misma o mediante la fusión del o de los segmentos afectados para evitar las secuelas dolorosas y de pérdida de alineación vertebral.

Cuando se realiza descompresión el objetivo es liberar la estructura nerviosa para que recupere su función. Todo ello depende mucho del nivel y del tipo de lesión sufrida. En absoluto se puede asegurar la recuperación de una lesión nerviosa con la descompresión. Siempre dependerá del tipo, lugar, nivel, estructura lesionada, edad del paciente y tiempo transcurrido entre la lesión y la cirugía.

¿Qué tipo de anestesia se utiliza?

Generalmente anestesia general.

¿Es siempre necesario el uso de implantes?

Cuando hablamos de tratamiento quirúrgico, siempre es necesario para restaurar la estabilidad perdida por la lesión ósea o ligamentosa.

¿Los implantes son compatibles, se rechazan?

Todos los implantes son biocompatibles. Suelen ser Titanio o una aleación de cromo-cobalto. Los implantes, como todo elemento mecánico, pueden tener complicaciones como aflojamiento o rotura por sobrecara mecánica o se pueden infectar, pero no se rechazan.

¿Hay que retirar los implantes?

No deben retirarse salvo complicaciones que son poco frecuentes.

¿Después de operarme puedo hacer una vida normal?

Todo dependerá del tipo de lesión, del nivel, del tipo de actividad previa y sobre todo de si ha existido o no lesión neurológica acompañante.

Por lo general, las lesiones que no precisan cirugía suelen devolver una calidad de vida cercana a la previa.

¿Cómo es la recuperación?

Es variable en función del tipo de lesión.

Las tratadas conservadoramente precisan utilizar el corsé de manera constante, generalmente fuera de la cama, durante un periodo aproximado de 3 meses.

Las tratadas mediante cirugía percutánea se incorporan entre las 24 y 48 horas, caminan y suelen causar alta en 3-4 dias.

La tratadas con cirugía abierta tienen una gran variabilidad de recuperación en función del tipo y del nivel de lesión, del tipo de cirugía y de la existencia o no de lesión neurológica. Es muy difícil marcar una recuperación estándar.