Infecciones de la columna vertebral

Infecciones de la Columna Vertebral: Causas, Síntomas y Tratamiento

Las infecciones de la columna vertebral, como la discitis o la espondilodiscitis, son afecciones poco frecuentes que suelen afectar principalmente a personas mayores e inmunodeprimidas. Estas infecciones ocurren cuando un germen, transportado por vía sanguínea o por cercanía de otro foco infeccioso, se implanta en un espacio discal, provocando la destrucción del disco intervertebral y los cuerpos vertebrales adyacentes.

Causas de las Infecciones de la Columna

El germen responsable suele ser una bacteria común del grupo de los piogénicos (formadoras de pus), aunque en algunos casos, la infección puede estar causada por la tuberculosis (micobacterias). Estas infecciones pueden aparecer también como una complicación de cirugías previas, afectando implantes vertebrales.

Infección de la columna
Infección de la columna
Infección de la columna
Infección de la columna

Síntomas de las Infecciones de la Columna

Los síntomas principales incluyen:

  • Dolor localizado en la zona afectada de la columna.
  • Febrícula (fiebre baja) y en raras ocasiones, fiebre alta.
  • Otros síntomas clínicos son mínimos, lo que puede hacer que el diagnóstico sea difícil en las primeras etapas.

Diagnóstico de las Infecciones de la Columna

En las fases iniciales, las radiografías no suelen mostrar cambios significativos. Sin embargo, la resonancia magnética es la prueba más eficaz para detectar las alteraciones que permiten el diagnóstico temprano de estas infecciones.

Infecciones en Implantes Vertebrales

Otra forma de infección de la columna es la que afecta a implantes quirúrgicos previamente colocados, que pueden desarrollar una infección aguda o crónica, requiriendo un tratamiento especializado para su control.

FAQs

¿Cómo se debe proceder en el enfoque de una infección vertebral?

Cuando pasada la fase de sospecha se identifican cambios en la radiografía simple y/o en la resonancia magnética, el paso siguiente es identificar el germen causal mediante una biopsia que, de menos a más, se debería hacer mediante aguja fina con TAC y si falla plantear la biopsia con aguja gruesa.

No se debería empezar tratamiento antibiótico sin tener una muestra fiable y un diagnóstico microbiológico establecido a no ser que el paciente tenga un cuadro de infección generalizada.

En el caso de infecciones agudas de implantes se debe tomar muestras desde la herida para intentar identificar el germen.

¿Cuál es el tipo de tratamiento de una infección vertebral?

En la espondilodiscitis el tratamiento inicial y fundamental es el control de la infección mediante antibióticos para lo cual es de gran utilidad tener identificado el germen mediante los cultivos.

El tratamiento antibiótico puede precisar de apoyo en ortesis y/o en implantes a distancia para control del dolor y ayuda al control de la infección.

La cirugía en fase aguda de una espondilodiscitis tiene su lugar en el contexto de compresiones neurológicas y/o ante la mala evolución del control de la enfermedad en pacientes sometidos a tratamiento antibiótico.

Cuando la infección es aguda en el contexto de implantes colocados en cirugía previa, el tratamiento correcto pasa por el lavado quirúrgico de la herida, la toma de abundantes muestras para estudio microbiológico, desbridamiento de la herida y, en general, no retirar el implante con la intención de salvar el procedimiento previo. Se pueden precisar varios lavados quirúrgicos en varios días en función de la evolución del problema.

Cuando se trata de una infección crónica se debe valorar la necesidad de retirar implantes y tratamiento de la infección.

¿Qué tipo de anestesia se utiliza?

Cuando está indicado el tratamiento quirúrgico, la anestesia es, habitulamente, general.

¿Cuál es la evolución habitual de un proceso infeccioso en la columna vertebral?

En las espondilodiscitis agudas si se consigue identificar el germen y su sensibilidad, el tratamiento antibiótico correctamente realizado (primero intravenoso y posteriormente oral) permite la curación del problema en un alto porcentaje de los casos.

Puede ocurrir que el disco afectado se fusione espontáneamente lo que implica una curación del cuadro infeccioso y del problema mecánico asociado a la destrucción vertebral y discal por la infección.

En otras ocasiones no se produce este tipo de fusión espontánea originando dolor residual con o sin deformidad, lo que obliga a realizar procedimientos quirúrgicos encaminados a fusionar la zona inestable para control del dolor asociado o no, a procedimientos más amplios correctores de la deformidad acompañante. Eso puede precisar una o varias cirugías por una o varios abordajes.

Cuando nos referimos al proceso infeccioso local tras una cirugía que aparece en el postoperatorio reciente, infección aguda del lecho quirúrgico o del implante, el tratamiento mediante lavado, desbridamiento y antibioterapia suele controlar la infección y salvar el implante. Es decir, la curación es posible con poco riesgo para el procedimiento previo.

En los casos denominados crónicos suele ser preciso retirar el implante y el pronóstico de curación es más incierto.