Vertebroplastia

La vertebroplastia es un procedimiento médico mínimamente invasivo diseñado para tratar fracturas en las vértebras, que suelen originarse por osteoporosis, traumatismos o metástasis óseas. Este tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor, estabilizar la vértebra afectada y mejorar la calidad de vida del paciente. Durante la vertebroplastia, el médico utiliza una aguja para introducir un cemento óseo especial (generalmente polimetilmetacrilato o PMMA) en la vértebra fracturada. Guiado por imágenes de rayos X, el cemento se inyecta en el sitio exacto, endureciéndose rápidamente para dar soporte estructural y reducir el dolor al evitar el movimiento de los fragmentos vertebrales.

¿Por qué es importante la vertebroplastia?

La vertebroplastia se utiliza principalmente en pacientes con fracturas vertebrales causadas por osteoporosis, una enfermedad ósea que reduce la densidad y resistencia del hueso, volviéndolo propenso a fracturas incluso sin traumatismos significativos. Estas fracturas, especialmente comunes en las vértebras, caderas y muñecas, causan dolor limitante que puede afectar la movilidad y calidad de vida del paciente, sobre todo en mujeres y personas mayores. Esta técnica, al estabilizar la fractura vertebral, es una solución eficaz para controlar el dolor y permitir que el paciente retome sus actividades.

Tipos de tratamientos con cemento óseo: vertebroplastia y cifoplastia

La vertebroplastia es una de las dos técnicas de cementación percutánea más utilizadas, junto con la cifoplastia. Ambas técnicas permiten estabilizar la vértebra y aliviar el dolor sin necesidad de cirugía abierta. En la vertebroplastia, se introduce un cemento muy líquido en la vértebra fracturada, mientras que en la cifoplastia se utiliza un balón deshinchado para crear una cavidad en la vértebra antes de llenarla con cemento más viscoso, lo que reduce el riesgo de fugas y complicaciones.

¿Cómo es el procedimiento de vertebroplastia?

La vertebroplastia es un procedimiento rápido y de baja agresividad que generalmente se realiza bajo anestesia general suave. En algunos casos, se opta por anestesia local, aunque la general suele ser más segura y eficaz. Durante el proceso, el cemento óseo se inyecta cuidadosamente en la vértebra dañada, utilizando rayos X para asegurar una colocación precisa. Este método permite que el paciente experimente un alivio casi inmediato del dolor.

¿Cómo es la recuperación?

La recuperación tras una vertebroplastia es rápida y generalmente cómoda. El paciente puede levantarse el mismo día o a la mañana siguiente y, en muchos casos, recibe el alta tras la primera noche en observación. Para evitar nuevas fracturas, es fundamental que el paciente inicie o mantenga un tratamiento específico para la osteoporosis, que ayudará a fortalecer sus huesos y prevenir futuros problemas vertebrales. Además, aunque la vertebroplastia permite al paciente retomar una vida normal, es común que los pacientes mayores adopten una actitud más cautelosa para evitar recaídas.

En resumen, la vertebroplastia es una opción altamente eficaz para pacientes con fracturas vertebrales que buscan una recuperación rápida, alivio del dolor y estabilización vertebral sin necesidad de procedimientos invasivos.